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MIEL 100% NATURAL DE ENCINA. 1/2 Kg

7,10

La miel de encina no se obtiene por el néctar que se desprende de las flores, si no que, se produce por abejas que liban el mielato que segregan los frutos de la encina o bellotas.

Predominan las propiedades digestivas y astringentes. Gracias a su alto contenido de minerales, la miel de encina se emplea puntualmente para los tratamientos contra la anemia y afecciones en las vías respiratorias.

El empleo de ésta miel es muy conveniente al momento de tratar los siguientes tipos de anomalías:

Tratamientos Digestivos: Excelente a la hora de combatir problemas digestivos. Sus propiedades astringentes la convierten en una aliada para luchar contra la disentería y la diarrea.

Tratamientos que requieran de Hierro: Tal cual lo mencionamos anteriormente, su rica concentración de hierro la convierten en una miel ideal al momento de realizar tratamientos contra la anemia, u otros hechos particulares en donde se pierden grandes cantidades de sangre, tales como pueden ser la metrorragia, que se generan a partir de menstruaciones muy intensas, o para las personas que a menudo sufren de sangrado nasal (Hemorragias Nasales).

Tratamientos Bronquiales: Como también expresamos más arriba, la miel de encina es ideal para personas que sufren trastornos respiratorios, como el asma, la tos, bronquitis y ronqueras.

También es muy útil su uso en la etapa de desarrollo de los niños, gracias a su riqueza en sales minerales.

La falta de hierro puede ser la causante de el desgano y debilidad que sufrimos a diario. Consumir miel de Encina nos permitirá reponer energía.

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Descripción

La miel de encina, conocida también como miel de bosque o rocío de miel, es un mielato. Los mielatos no proceden del néctar de las flores, sino que provienen de una secreción dulce del árbol, rica en carbohidratos.

Este líquido dulce y resinoso proviene de dos fuentes: por un lado lo exudan los árboles y las bellotas, eliminando el exceso de humedad al exterior en forma de savia. Por otro lado, lo elaboran los insectos clasificados cómo áfidos, que se alimentan de la savia del árbol: pulgones que succionan la savia elaborada por los árboles, la digieren, y la excretan en forma de melaza dulce. Las abejas recolectan esta sustancia dulce y resinosa, la procesan y la transforman en mielato, que técnicamente no se considera miel, ya que no proviene del néctar, sino de exudaciones de los árboles. Por eso, la miel de encina es “miel de árboles”.

El mielato se cosecha a finales de verano, ya que es en este periodo cuando hay menor floración y mayor producción de estas sustancias, que las abejas buscan con mucho esmero para completar su provisión anual. Una vez cosechada “La abeja pecorea la secreción de los árboles y lo deposita en la celdilla, después de sucesos trasiegos, la miel está madura (en su punto de humedad) y la abeja la sella. Cuando todo el panal está sellado es el momento de extraer la miel, cuidamos el proceso con especial mimo y no olvidamos dejar bien provista la despensa de la colmena.”

El mielato de encina, es una miel con un gran valor medicinal por su alto contenido en minerales, sobretodo en hierro y en polifenoles, que le confieren un gran efecto antioxidante. Además, contiene una menor proporción de azúcares y por lo tanto, menor índice glucémico.

Es una miel oscura y con un sabor más intenso y leñoso que recuerda a bosque. Es menos dulce y tiene una consistencia más densa que la miel de flores.